Investigadores de las universidades de Bath, Cambridge y Dundee han inventado un tipo de suelo que utiliza un 75 % menos concreto que el estándar actual y afirman que podría marcar una «gran diferencia» en la huella de carbono de la industria de la construcción.
El proyecto “Automatización de la construcción con hormigón” (ACORN por sus siglas en inglés) con sede en el Reino Unido, utilizan una forma abovedada de capa fina para su suelo en lugar de una losa maciza convencional.
El investigador Paul Shepherd, del Departamento de Arquitectura e Ingeniería Civil de Bath, explica que el concreto resiste bien la compresión, de lo que se aprovecha la forma abovedada. A medida que las personas caminan por el piso abovedado, el peso fluye hacia abajo por la estructura del arco, aplastando el concreto, que puede soportar la carga sin refuerzo.
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