Los ingenieros de la universidad australiana RMIT han desarrollado un concreto que puede resistir el ambiente ácido corrosivo que se encuentra en las tuberías de alcantarillado, al tiempo que reduce en gran medida la cal residual que se filtra y contribuye a la formación de aglomerados de residuos (fatbergs)
La solución es más duradera que el cemento Portland ordinario, lo que la hace perfecta para su uso en infraestructura importante, como tuberías de drenaje de aguas residuales.
Entre los ingredientes del concreto sin cemento se encuentran el nano-sílice, cenizas volantes, escoria y cal hidratada.