LCI Perú: “Nos hemos enfocado mucho en los contratistas, pero necesitamos trabajar toda la cadena de valor”

Por Revista Costos

El Lean Construction Institute Perú (LCI Perú) es una institución sin fines de lucro que desde hace más de una década viene impulsando la transformación de la industria de la construcción mediante la implementación de la filosofía Lean Construction y de metodologías colaborativas que han impactado positivamente en los proyectos y el sector construcción. Este año el reconocido especialista y difusor de esta filosofía, Santiago Ruiz, asume la presidencia de la institución. En esta entrevista nos brinda su balance sobre la adopción de la filosofía y las metodologías colaborativas, y las estrategias del LCI Perú para seguir impulsando la revolución de la construcción.

¿Cómo consideras que ha evolucionado el Lean Construction en el Perú?
La historia del Lean Construction inicia en 1999 con Virgilio Ghio. Se crea una comunidad de personas que se prepara para difundir el pensamiento Lean en la industria. Producto de eso, en el 2011 se formaliza la comunidad del LCI Perú a través de un grupo de entusiastas que empiezan a preocuparse por la adopción del Lean Construction en el país. A partir de ese momento creo que hemos avanzado bastante en distintas aristas.
Desde el punto de vista de la educación me ha sorprendido mucho encontrar profesionales con poco tiempo de egresados que hoy dentro de su vocabulario regular está Look Ahead, análisis de restricciones, plan semanal, cumplimiento, promesas confiables, plan de trabajo. Parte de su propio idioma en la industria son esos elementos que forman parte del pensamiento Lean y que vienen desde el año 1999.
A nivel regional hemos logrado que la adopción de la filosofía, en la industria de las edificaciones, sobre todo, sea masiva. Hoy es muy grande la adopción de los conceptos Lean en la industria de las edificaciones. Tanto así, que otros países miran con bastante atención lo que hacemos porque lo quieren replicar en sus propios países.
Por otro lado, creo que en la investigación y la profundización del conocimiento es donde menos hemos evolucionado. Las universidades siguen usando el libro de Virgilio Ghio del año 1999, donde tiene un estudio impresionante sobre la productividad en el país. Pero desde ahí, hasta el día de hoy, no encontramos una investigación con ese nivel de calidad. Hay muchas investigaciones, bastantes elementos publicados como papes, tesis, que incluso se han presentado en el IGLC, pero llegar a ese nivel de impacto como el que tuvo Virgilio Ghio en su momento. Creo que es donde hemos encontrado una brecha y creo que hay mucho por trabajar en ese lado.

Actualmente el IPD o el VDC son las metodologías que están en mayor relieve. Sin embargo, al igual que al inicio del Lean Construction, no estarían siendo adoptadas a la velocidad que uno esperaría, sobre todo por los beneficios que estas son capaces de entregar.
Virgilio Ghio empezó en 1999 y en el 2011 se formó la comunidad Lean. Pasaron 12 años. Yo recuerdo que el primer programa de VDC que se dio en el PERÚ fue en el 2012 y fue un primer programa en el que había muchas barreras. Luego, gracias al impulso que ha tenido la Universidad de Lima y a hacer más recurrente el programa, ha empezado a darse un salto diferenciador en la industria. Sin embargo, esta lenta adopción de estos temas en tendencia se debe a dos motivos.
El primero es que, obviamente, no es un proceso de adopción muy sencillo y que rápidamente va a cobrar relevancia. Toma cierto tiempo de madurez. El primer camino es difundir y lograr que mucha gente entienda el concepto y luego empieza a aplicarlo poco a poco y encontrar los beneficios.
El segundo motivo tiene que ver con nuestro entendimiento de la industria. En otros países se entiende la industria de otra manera. Nosotros todavía le llamamos la “industria de construcción”. Pero en otras partes del mundo le llaman la industria del diseño y construcción.

Entonces, los que han entendido muy bien cómo funciona la industria, saben que la construcción es el último eslabón de la cadena, en el cual todos los problemas que no fueron correctamente resueltos desde la etapa de definición, diseño, procura, fabricación y llegada a la obra para poder instalarlo, van a impactar. Entonces, el no contemplar toda esa cadena completa de la industria es un gran freno para adoptar todo este tipo de tendencias que existen en el mundo.
Pienso que en el sector existen tres tipos de empresa: los clientes o los representantes de los clientes, los diseñadores y los constructores. Cada uno tiene perfiles distritos y tienen necesidades distintas y hay que hacer trabajos distritos.
Entonces, cuando vemos todo el trabajo del BIM/VDC o de las metodologías ágiles, vemos que las hemos orientado mucho a la construcción. Pero ahí no es donde está su relevancia. Tiene que trabajar en la industria del diseño de los proyectos o en la conceptualización de los mismos. Y es donde todavía no hemos podido abarcar con gran fuerza.
Una de las metas del LCI para los próximos años es incorporar correctamente a estos actores dentro de la industria para que podamos lograr que estas metodologías tengan mayor aceptación y sean más útiles en la industria.

En otros países se entiende la industria de otra manera. Nosotros todavía le llamamos la “industria de construcción”. Pero en otras partes del mundo le llaman la industria del diseño y construcción.

Los especialistas y los estudios sobre la industria revelan que los clientes no solicitan el uso de metodologías colaborativas como el VDC o el BIM
Creo que hay dos tipos de clientes: competitivos y colaborativos.
El cliente, en la mayoría de los proyectos, están acostumbrados a trabajar un RFP (request for proposal), una licitación, en un proceso donde pone a competir a dos o tres contratistas para conseguir la mejor alternativa. Es parte del estándar de la industria. La lógica de la licitación de los proyectos va en ese sentido, de poner a competir a dos o tres constructores. Lo que veo que ocurre es que una licitación las empresas no hay una línea base en la cual los contratistas, o los proveedores, o los socios con los que vas a trabajar, estén homologados o tengan una línea base común. Entonces, tienes empresas mucho mejor preparadas para hacer algo y hay otros que no están tan bien preparados y, a pesar de que hacen su mejor esfuerzo, no necesariamente tienen el mejor desempeño en el proyecto. Ese modelo de licitación funcionaría siempre y cuando tuviéramos una estandarización, una línea de base en la que todos los contratistas trabajan.
En Estados Unidos tienen el American General Contractor. Es una línea base en la cual te homologas para ser contratista. En el Perú no ocurre eso. Entonces hay mucha desigualdad entre la oferta de construcción que existe.

En el caso de los clientes colaborativos, ellos han entendido que la competencia no es la manera de conseguir la mejor alternativa. Se han puesto a pensar, después de varias malas experiencia en proyectos de construcción, que tienen que hacer algo distinto. Entonces, hay clientes que han entendido que trabajar de manera colaborativa es un mejor camino que trabajar de manera competitiva. Y lo que ocurre en este aspecto es que te das cuenta de que los proyectos de construcción son proyectos de riesgo, y no se puede poner el riesgo en alguien que no tiene la capacidad para soportarlo.
Entonces, lo que se busca en estos modelos colaborativos es que los contratistas que participen en este tipo de proyectos estén correctamente calzados en el riesgo que puedan asumir.
Lo que ocurre en los modelos de licitación, es que yo transfiero el riesgo porque no lo quiero ver y voy a hacer una licitación para que alguien más se encargue de ese riesgo. Y no sé si la persona que gana la licitación tiene o no tiene la capacidad para asumir el riesgo. Solo tengo una propuesta técnica y económica.
En un modelo colaborativo me enfoco en entender el riesgo y en entender las capacidades de mis socios para saber si está en la capacidad de sumir ese riesgo.
Son dos elementos en los cuales hoy los clientes están descubriendo cuál es la mejor manera de trabajar. Yo he visto clientes que lo licitan todo porque hacen dos o tres proyectos en 5 o 10 años. Entonces, les va mal y no están satisfechos con el resultado, pero piensan que como no tienen que hacer otro proyecto en 5 u ocho años más, no pasa nada. Es el trago amargo que tienen que pasar en este momento, y viven con eso.
Pero hay clientes que hacen proyectos muy recurrentemente. Luego de dos o tres veces que la pasan mal piensan que tiene que hacerlo de otra manera. Ahí es cuando empiezan a evolucionar y empiezan a preocuparse por el tema colaborativo.
¿Me gustaría que más empresas pasen por esa experiencia? Si. ¿Es necesario que pasen por esa experiencia? No lo sé. Porque es dolorosa, es atrasarse, el perder dinero, es postergar objetivos.

Se está formulando una certificación LCI para profesionales en Latinoamérica ¿Cómo va a impulsar las oportunidades de los profesionales de la construcción?
Desde el 2016 en el LCI Perú, a nivel regional fuimos los primero en estandarizar el aprendizaje. Pensamos en qué es lo que tiene que saber el profesional de la construcción para participar en proyectos y hacerlo bien. Lanzamos un programa de formación Lean en el 2016 y año tras año lo hemos ido mejorando. Hoy está muy difundido, funciona bastante bien y ha ido evolucionando a lo largo de los años.
En otros países han visto con mucha atención lo que hemos hecho y lo han adoptado, pero han dado un paso más mediante una certificación. ¿Por qué la certificación? Porque necesitamos capacitar a las personas y garantizar que tienen estos conceptos Lean, para funcionen bien los proyectos Lean. Más que un cartón, es tener un conocimiento básico que todos debemos tener para que nos vaya bien en el proyecto. Necesitamos tener un idioma común, conceptos comunes, procesos comunes, que todos necesitamos para que nos vaya bien y lograr el éxito del proyecto.

¿Cuál es tu balance sobre la adopción del Lean Construction en las universidades y sobre las habilidades con la que están saliendo los nuevos profesionales?
La universidad tiene un rol que es muy difícil. Y debe formar pensamiento crítico en los profesionales para que puedan entender la diversidad de opciones que existen en el mundo y puedan tener un método de aprendizaje, un método de investigación y desarrollo del conocimiento. Es un rol muy difícil. Sobre todo hoy en día, cuando el conocimiento crece tan rápido en el mundo.
Creo que el trabajo que están haciendo las universidades, en general, es bueno. Lo que ha hecho la Sunedu en su momento ha permitido que muchas universidades desarrollen estándares mínimos de calidad educativa, y eso es algo que tenemos que valorar y se siga mejorando en ese aspecto.
Cada universidad desarrolla una currícula, un plan, que es muy bueno dentro de la misma universidad alineado a las necesidades que tiene, o a los valores que quiere difundir la universidad. Pero lo que ocurre es que no se está conectando bien con las necesidades de la industria. Desde que empecé a trabajar en una empresa grande algo que siempre se decía es que hay un vacío de conocimiento entre lo que la universidad te da y lo que la industria necesita. Eso se da porque la academia no se acerca a la industria, o porque la industria se acerca muy poco a la academia. En los puntos de contacto donde la industria y la academia puedan progresar, es donde nosotros, como LCI Perú, vamos a seguir impulsando. Para que la industria se transforme necesitamos que la academia acompañe ese proceso de transformación dando profesionales cada vez más capacitados y profundizando en la investigación.
Somos un elemento articulador entre estos dos mundos. El LCI va a buscar, agrupar y condensar estos elementos a nivel nacional para lograr esta transformación de la industria.

¿Cuáles serán las siguientes acciones del LCI Perú para impulsar el sector construcción?
Vamos a trabajar en 4 ejes importantes que nos permitan seguir en el camino de transformar la industria.
El primero tiene que ver con los socios del LCI. Las empresas asociadas deben profundizar en su recorrido lean. Vamos a desarrollar una gran cantidad de actividades exclusivas para los miembros del LCI Perú.
El segundo eje tiene que ver con la investigación y desarrollo de contenido que sirva para que los profesionales puedan encontrar mejores maneras de hacer los proyectos. Estos contenidos ya no se van a centrar en los típicos contenidos, sino de mucho valor. Vamos a ayudar a estandarizar procesos constructivos. Tomar mejores prácticas de procesos constructivos y decir cuál es la mejor manera en los proyectos. Hay mucha difusión de concreto, acero y encofrado, pero ¿qué pasa con las instalaciones, con la arquitectura, obras lineales, puertos, maniobras? Hay muchísimo donde profundizar. Necesitamos ayudar a la que la industria desarrolle ese contenido de valor aplicando siempre pensamiento Lean.
El tercer eje tiene que ser con eventos a la comunidad dirigidos a toda la industria. El más importante es el Congreso Internacional Lean Construction, pero vamos a tratar de realiza más actividades para toda la industria. Al año, como mínimo, debemos realizar cuatro grandes eventos que sean para toda la industria.
El cuarto eje es trabajar alianzas estratégicas. Nos hemos enfocado mucho en los contratistas, pero necesitamos trabajar toda la cadena de valor. Fabricantes, diseñadores, propietarios, representantes del propietario, la academia. Buscaremos expandir la adopción del pensamiento Lean en toda la cadena de valor. Clientes que trabajan conmigo me dicen, “yo quiero trabajar con ustedes porque hacen las cosas de esta manera”, y eso es lo que queremos impulsar; que los clientes valoren la manera en que estamos trabajando los proyectos.

Hace poco tiempo se lanzó el concepto del Last Planner System 2.0 ¿Hacia dónde se dirige el desarrollo del Lean Construction?
Es difícil saber hacia dónde se dirige, pero te puedo decir que hay cosas que están fijadas en el horizonte y van a ser una realidad. Muchas veces la ciencia ficción es un spoiler de lo que va a suceder en la industria. En la película Avatar hay una escena donde un oficial da un reporte e indica “Estamos construyendo a un ritmo de 6 edificios diarios”. Lo que ocurría es que había drones construyendo. Creo que hacia eso va la industria. Hacia un mundo en el cual la automatización va a ser más una realidad y menos ciencia ficción. Me imagino que en algún momento llegaremos a construir seis edificios diarios, pero no sé si lo voy a ver.
Antes los muebles se fabricaban a mano y ahora hay fabricación en serie. Lo mismo va a suceder con la construcción y los profesionales debemos estar preparados para eso. La industria apunta a ser cada vez más estandarizada y automatizada.
Va a haber un cambio radical en el uso de mano de obra. Ya no debemos pensar tanto en mano de oba no calificada, sino tener mucha más mano de obra calificada y empezar a trabajar con operarios cada vez más técnicos y más tecnológicos. Hay un hambre enorme en la industria de los operarios que quieren profesionalizarse de una mejor manera. No hablo de convertirse en ingenieros, si no de tener herramientas más profesionales para hacer mejor su trabajo y con menos esfuerzo.

¿Cuál es el mensaje para los profesionales de la industria?
Primero quiero invitarlos a iniciar su recorrido Lean, porque los va a ayudar a transformar la forma en que ven la industria. En segundo lugar, quisiera invitarlos a asociarse al LCI Perú, porque desde ahí vamos a poder ayudarlos en ese proceso de transformación.

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