Materiales reciclados en la construcción, reduciendo la huella de carbono

Por Costos

La integración de materiales reciclados en la construcción es necesaria. Representa una oportunidad para reducir el impacto ambiental, mejorar la eficiencia económica y responder a una demanda creciente por proyectos sostenibles. En ese sentido, la economía circular no es solo una solución ambiental, sino una estrategia inteligente para un sector que busca adaptarse a los desafíos del presente sin comprometer el futuro. 

Durante muchos años, el sector construcción se ha desarrollado bajo un modelo lineal de consumo: extraer, transformar, construir y desechar. Esta lógica —intensiva en recursos naturales y responsable de una parte importante de los residuos sólidos urbanos — ha comenzado a cambiar gracias a la incorporación de lo que se denomina economía circular. Este enfoque promueve la reutilización de materiales, el reciclaje, el rediseño y la extensión del ciclo de vida de los productos. Su inserción en la industria de la construcción representa una de las mayores transformaciones que ha podido presentarse en este sector.

Actualmente, la economía circular en la construcción va más allá de ser una simple tendencia. Se ha convertido en una necesidad impulsada por regulaciones ambientales, escasez de materias primas y una creciente conciencia sobre el impacto climático de los procesos constructivos. Según el informe “Techno-economic and environmental assesment of construction and demolition waste management in the European Union” de la Unión Europea (2024), los residuos de construcción y demolición representan aproximadamente el 40 % del total de residuos generados en Europa. Esta realidad es similar en diferentes partes del mundo.

Sin embargo, la implementación de sistemas de gestión y valorización de estos desechos permite reincorporar una parte importante de los materiales al ciclo productivo. Por ejemplo, la ciudad de Leuven, en Bélgica, ha sido reconocida recientemente por su programa de recuperación urbana de materiales. Un reportaje del medio británico The Guardian titulado “Es precioso, ¿no te parece? Los mineros urbanos desentierran tesoros en casas y garajes de Bélgica” (marzo del 2025), destaca cómo equipos de “mineros urbanos” extraen madera, ladrillos y metales de estructuras antiguas para ser reutilizados en nuevas construcciones. Este modelo, apoyado por universidades, municipios y empresas privadas, ha permitido aumentar de 20 a 250 toneladas anuales los materiales rescatados, y proyecta alcanzar las 5000 toneladas para 2030.

En América Latina también se observa un crecimiento en esta dirección. Empresas como Cemex han tomado la delantera con iniciativas que promueven la circularidad. En 2024, la cementera mexicana anunció su integración a la Fundación Ellen MacArthur con el objetivo de impulsar procesos más sostenibles. 

Según el portal ESG News (julio del 2024) en su nota “Cemex se une a la Fundación Ellen MacArthur para impulsar la economía circular en la construcción”, la empresa recicló más de 9 millones de toneladas de residuos durante el 2023, integrándolos a sus procesos industriales a través de su plataforma “Regenera”. Esta estrategia no solo refuerza su compromiso ambiental, sino que reduce costos operativos y mejora su posición frente a inversores y entes reguladores.

Materiales reciclados que lideran el cambio

Los materiales reciclados que han demostrado su eficacia técnica y económica se han convertido en el centro de esta transformación. Uno de los más utilizados es el concreto reciclado, proveniente de escombros de demolición que, tras un proceso de trituración, se convierte en agregados aptos para nuevas mezclas. Además, su aplicación es especialmente común en obras de infraestructura, rellenos y pavimentación. 

El acero reciclado es otro material muy reciclado, debido a su capacidad infinita de reutilización sin pérdida de propiedades mecánicas. En proyectos estructurales, representa una opción confiable y rentable.

También destaca la reutilización de la madera, especialmente en formas como vigas estructurales, revestimientos y paneles de CLT. Este último material ha ganado popularidad no solo por su baja huella de carbono, sino por sus propiedades térmicas, acústicas y su rápida instalación. En proyectos residenciales y educativos en Europa y América del Norte, la madera reciclada ha sido incorporada incluso como elemento estético, valorizando su historia y textura original.

De igual manera, el asfalto reciclado, los ladrillos reutilizados, los paneles de yeso recuperados y los plásticos transformados en mobiliario urbano o elementos modulares son cada vez más comunes. En India, la ciudad de Bhubaneswar anunció un plan piloto para convertir diariamente cinco toneladas de residuos plásticos y de construcción en adoquines y losas, destinadas a espacios públicos. La iniciativa busca reducir la contaminación y generar empleo local.

Beneficios técnicos y económicos

Desde el punto de vista técnico, los materiales reciclados han demostrado ser funcionales, seguros y duraderos en la mayoría de aplicaciones no estructurales, e incluso en algunas de alta exigencia, como fundaciones y estructuras de edificios. 

En el caso del acero, la recuperación no compromete la resistencia ni la ductilidad, mientras que en los agregados reciclados, con un tratamiento adecuado, se logra una resistencia similar a los naturales. Asimismo, la madera reciclada, cuando es evaluada y tratada, cumple con estándares de seguridad y resistencia, especialmente en refacciones y construcciones con criterios patrimoniales.

En cuanto al factor económico, el reciclaje reduce los costos de adquisición de materia prima, los gastos logísticos relacionados con la disposición final y las tasas de residuos. Diversos estudios han demostrado que el uso de agregados reciclados puede reducir entre 30 y 50 % el costo respecto a los nuevos. Además, los proyectos con enfoque circular pueden acceder a incentivos fiscales, subsidios o financiamiento preferente, especialmente en países con marcos regulatorios avanzados.

Cabe señalar que, a nivel mundial, los proyectos sostenibles son cada vez más valorados por los clientes finales y por certificaciones como LEED, BREEAM o EDGE, que reconocen el uso de materiales reciclados en sus categorías de evaluación. Esto puede traducirse en un incremento en el valor de la propiedad y una ventaja competitiva en el mercado inmobiliario.

Desafíos pendientes

A pesar de los avances en cuanto a la implementación de materiales reciclados en la industria de la construcción, existen importantes limitaciones que frenan su adopción masiva. La variabilidad en la calidad y disponibilidad es uno de los principales obstáculos. A diferencia de los materiales nuevos, los reciclados requieren procesos adicionales de selección, clasificación y evaluación, lo que puede aumentar los plazos de obra y requerir conocimientos técnicos específicos. Además, muchas veces no existe una cadena de suministro establecida para estos materiales, dificultando su acceso constante.

Otra barrera importante es la falta de normativas claras o actualizadas en varios países. En muchos casos, las especificaciones técnicas de los códigos de construcción no contemplan el uso de materiales reciclados, o lo hacen de forma restrictiva. Esto obliga a los profesionales a realizar validaciones técnicas adicionales, lo que puede desalentar su uso.

Por otro lado, la percepción del cliente final sigue siendo una limitación. Existe un prejuicio asociado a que lo reciclado es sinónimo de baja calidad o apariencia inferior. Aunque esto está cambiando progresivamente, especialmente en proyectos educativos, culturales y residenciales de alta gama, aún se requiere un trabajo de sensibilización importante para revertir esa percepción.

Control de calidad y certificación

La certificación de materiales reciclados es una condición necesaria para su integración segura en las obras. Para ello, se utilizan ensayos de laboratorio que permiten validar su resistencia, durabilidad, porosidad, contenido de contaminantes, entre otros factores. Respecto al concreto reciclado, las pruebas de resistencia a compresión, absorción y desgaste son fundamentales. En el caso de la madera, se evalúa la presencia de plagas, humedad y deformaciones; mientras que en el acero se realiza análisis de composición química y tensión.

En países como Alemania, Noruega o Japón, existen institutos especializados en certificar materiales recuperados, lo que otorga confianza al sector constructor. Sin embargo, en América Latina estos sistemas aún están en desarrollo. La creación de laboratorios especializados, normas técnicas nacionales y sellos de garantía sería un paso importante para profesionalizar el uso de estos materiales.

Las plataformas digitales también están jugando un rol clave. Iniciativas como Material Passports o Building Circularity Indicators permiten rastrear el origen, propiedades y trazabilidad de los componentes de una obra, facilitando su futura reutilización y garantizando su fiabilidad.

Innovación tecnológica

La tecnología está acelerando la adopción de prácticas circulares en la construcción. La implementación del Building Information Modeling (BIM) permite diseñar con criterios de desmontaje, modularidad y reutilización. Gracias a esta tecnología, los equipos de proyecto pueden prever qué materiales se podrán recuperar al final de la vida útil del edificio y cómo hacerlo de forma eficiente.

Asimismo, se están desarrollando nuevos materiales a partir de residuos. Ejemplos de ello son los ladrillos fabricados con residuos textiles, los paneles acústicos de plástico PET reciclado o los bioconcretos autorreparables. Estas innovaciones no solo cumplen una función constructiva, sino que además contribuyen a mitigar problemas como la contaminación marina, la sobrecarga de vertederos o la deforestación.

También destacan las aplicaciones de inteligencia artificial en la clasificación automática de residuos en plantas de reciclaje, mejorando la eficiencia y reduciendo los costos operativos. Todo esto abre un nuevo campo de desarrollo para ingenieros, arquitectos y tecnólogos interesados en la sostenibilidad aplicada.

Casos de éxito

El impacto positivo de los materiales reciclados en la construcción ya puede observarse en numerosos proyectos. De acuerdo con el portal del Premio de Arquitectura Contemporánea de la Unión Europea, también conocido como EUmies Awards, en Dinamarca, el complejo residencial “Resource Rows”, ubicado en Copenhague, fue construido con ladrillos recuperados de edificios demolidos y es la demostración de un enfoque de reciclaje de materiales radical y replicable que reduce significativamente la huella de carbono de la construcción. “Sin añadir costes, las 92 viviendas han logrado una reducción total de CO2 del 29 % a nivel de edificación y han ahorrado 463 toneladas de residuos”, se lee en la publicación. Se reconoce esta propuesta internacionalmente por demostrar que la sostenibilidad puede convivir con el diseño moderno y de alta calidad.

En Ámsterdam, el edificio “The Edge” se catalogó como uno de los más sostenibles del mundo. Más del 70 % de los materiales utilizados provienen de fuentes recicladas o reutilizadas, y su eficiencia energética ha sido ampliamente documentada. Estos casos muestran que, con voluntad y planificación, es posible construir con altos estándares estéticos, funcionales y ambientales.

En el Mundial de Qatar 2022, el estadio 974 fue levantado íntegramente con contenedores marítimos reciclados y una estructura modular desmontable. El proyecto permitió ahorrar materiales, acelerar la construcción y planificar su desmontaje sin residuos, estableciendo un nuevo paradigma en infraestructura temporal. Según una nota periodística de Infobae (4 de agosto del 2022), este estadio es todo un símbolo de la sostenibilidad en la construcción, ya “que es una estructura itinerante lista para montar, desmontar, transportar y volver a montar a partir de su sistema de piezas numeradas”, cuyo resultado final fue recibir la “certificación de cuatro estrellas del Sistema de Evaluación de la Sostenibilidad Global (GSAS)”.

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