PBI del sector construcción creció 3.6% en agosto

Por Costos

El sector construcción continúa mostrando índices positivos, lo que permitiría prever un cierre de año al alza. Sin embargo, este avance se ve acompañado por ciertas debilidades coyunturales que se suman a los problemas estructurales que históricamente ha enfrentado el sector. Además, se espera una desaceleración durante el 2026 por temas coyunturales.
Así lo señaló Guido Valdivia, vicepresidente ejecutivo de la Cámara Peruana de la Construcción (CAPECO), durante la presentación del Informe Económico de la Construcción (IEC) N.° 94, destacando que estos factores incidirán directamente en el comportamiento de la inversión pública y privada durante 2026, que podría experimentar una ralentización.
De acuerdo con el análisis, la construcción mantiene un ritmo de expansión importante en el tercer trimestre de 2025, comportamiento que no había sido anticipado, pues se esperaba una desaceleración que finalmente no ocurrió. Esta evolución —calificada como una buena noticia— permite proyectar un cierre de año con mejores perspectivas de lo previsto, reflejando un impulso relevante en la actividad sectorial.
Los indicadores al noveno mes del año muestran un crecimiento sostenido, respaldado por estimaciones privadas incluso más optimistas que las oficiales. Este consenso, poco habitual, demuestra que los agentes del mercado —en especial los vinculados al sector vivienda— mantienen una visión positiva.
El mercado inmobiliario, particularmente en el segmento de vivienda de interés social (VIS), ha consolidado su ritmo de expansión, con un leve incremento registrado en septiembre. Dicho comportamiento se traduce en un aumento constante en la venta de viviendas que, según los datos del segundo trimestre, alcanzó cerca de 7 mil unidades, cifra que se superó en el tercer trimestre. CAPECO proyecta que 2025 cerrará con un récord histórico en la venta de viviendas en Lima, desde que el gremio inició sus mediciones en 1996.
Paralelamente, se observan señales favorables en la inversión minera, lo que podría contribuir a que el crecimiento del sector supere el 6,2 % estimado por el Banco Central de Reserva (BCR). A ello se suman las expectativas positivas respecto a la adjudicación de nuevos proyectos, reforzando el optimismo empresarial dentro del rubro.
No obstante, los constructores identifican como principales riesgos el agravamiento de la violencia y el tráfico de tierras. Pese a este contexto, la reciente vacancia presidencial ha sido respaldada tanto por la ciudadanía como por el empresariado, lo que ha evitado un deterioro de la confianza. Este escenario podría favorecer un incremento de la inversión privada de alrededor del 6 %, considerando que en los dos primeros trimestres del año el crecimiento rondó el 9 %.
Aun así, existe preocupación por el incumplimiento de la meta de adjudicaciones de Asociaciones Público-Privadas (APP), situación que afectaría principalmente los próximos ejercicios. Si bien las adjudicaciones previas sostendrán la ejecución de obras durante este año, la proyección a mediano plazo podría verse comprometida.
Además, se ha registrado una reducción en la oferta de vivienda, especialmente en el segmento no social, lo que podría incidir negativamente en las ventas del último trimestre.
Por otro lado, la obra pública ha mostrado una desaceleración al cierre del tercer trimestre, con un crecimiento de 6,3 %, que se moderaría hacia el final del año, rondando el 5 %. Este comportamiento se produce pese a los esfuerzos por reactivar proyectos paralizados y a los cambios implementados por la Contraloría. La principal limitación responde a la falta de recursos financieros, que ha derivado en la paralización de más del 20 % de las obras debido al desfinanciamiento presupuestal.
CAPECO ha expresado su preocupación mediante un comunicado público, advirtiendo que la interrupción de obras no solo detiene el avance físico de los proyectos, sino que rompe la cadena de pagos, afectando a contratistas, proveedores y trabajadores. Este problema se agrava por las políticas de ajuste fiscal implementadas por el Estado, a través del Ministerio de Vivienda, en su intento por reducir un déficit considerado insostenible.
En conclusión, el desempeño del sector construcción en 2025 refleja un balance dual: por un lado, un crecimiento sólido y perspectivas históricas de cierre anual; y por otro, la persistencia de factores estructurales y financieros que podrían limitar el ritmo de expansión el próximo año. CAPECO enfatiza la necesidad de atender estas debilidades para asegurar que el dinamismo actual se mantenga y se traduzca en un desarrollo sostenible del sector.

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Fuente: Nota de prensa

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